Hay personas que son como algunas frutas, suelen ser más dulces cuando están a punto de podrirse.

Pocas relaciones terminan de forma efectiva y madura cuando les llega su momento.

Siempre sucede que la persona que quiere terminar se convierte en alguien totalmente desconocido y cruel, se vuelve insoportable como intentando que el otro sea quien se canse y finalmente decida romper.

Seguro les ha pasado que se llegan a preguntar, pero como es posible que alguien que un día me amó tanto, hoy me haga la vida imposible como si me odiase.

Este comportamiento lo tienen las personas que no quieren cargar con la culpa de haber roto la relación. Los que te clavan el cuchillo y te piden que no sangres.

Son los que arman la dinamita, la instalan con cables ultra sensibles al contacto, te vendan los ojos y te hacen caminar sobre ella para luego decir que nadie te mandó a pisarla cuando te explota en la cara.

Cuidado mis queridos. Cuidado!