Nada ni nadie es suficiente cuando se mira desde la falta.

Cuando crecemos viendo lo que falta solemos hacerle sentir al otro y a nosotros mismo que nada es suficiente. Hay gente que creció con padres que señalaban sus faltas incisiva y constantemente creyendo que es la forma adecuada de educar o simplemente porque así son. Esto causa estragos en los hijos pues no solo crecen sintiendo que por más que hagan nada es suficiente para satisfacer al otro, tendiendo a vivir enojados y con un sentimiento de devaluación. De esta forma los niños comienzan a creer que las relaciones se sostienen a través de la insuficiencia. Y así hay gente, especialistas en ver todo a través de lo que falta o de la incapacidad y cuando lamentablemente miras con esos ojos todo es insuficiente, nada llena, nada satisface y se reactiva constantemente ese sentimiento que permeó la relación infantil.

Ustedes se han relacionado alguna vez con alguien que, por más que hagan cosas nunca es suficiente o que simplemente siempre les señala sus faltas?

Ustedes han caído en ese lugar de mirarlo todo insuficiente e insatisfactorio sin saber como salir de esa dinámica?